Qué es Tiefenfenomenología
- Viedma Ediciones
- 3 jun 2023
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 4 jun 2023
3.6.2023.
Queremos aclarar algunos conceptos y circunstancias históricas para facilitar la lectura del Libro Tiefenfenomenología, ya que sobre este tema no existen todavía informaciones bibliográficas.
En primer lugar, se explican las partes que componen el vocablo: Tiefe y Fenomenología
El neologismo Tiefenfenomenología castellaniza la expresión original alemana “Tiefenphänomenologie” que forjó el autor hacia 1977. Designa un nuevo modo de filosofía científica que surgió de sus investigaciones sobre Franz von Baader, Jakob Böhme, y otros científicos y poetas del romanticismo alemán; en el decurso de su trabajo sintió la necesidad de ampliar su horizonte más allá de lo académico y de lo europeo. Le atrajo la cultura maya. Para conocerla de cerca fue por un tiempo a Guatemala y México. Estudió ciudades como Chichén Itzá, Quiriguá y Tikal, la función de sus pirámides, conoció cuentos y mitos, especialmente el Popol Vuh, que leyó en la edición bilingüe quiché-castellana de Diego Reinoso (Guatemala 1962), convivió en pueblos indígenas. Este contacto concreto le hizo ver la conexión de la filosofía que subyace a la cultura maya con el mundo que estaba descubriendo en las obras de los citados pensadores alemanes. Un descubrimiento sorprendente, en primer lugar, para él mismo. Se comprende que su tesis causara un efecto sismológico en el mundo académico alemán. Hoy, parece un milagro que el trabajo para catedrático en la universidad de Augsburg fuera aceptado unánimemente en 1983 con la venia legendi del ministerio de cultura bávaro. El éxito fue posible gracias al apoyo de los catedráticos Arno Baruzzi y Alois Halder (filosofía), Theo Stammen y Hans-Otto Mühleisen (politólogos), Dieter Ulich (psicología), Franz Krautwurst (musicología). Fueron decanos durante ese tiempo los Prof. Stammen y Ulich. Algunos de ellos ya han fallecido, se nombran aquí para honrarlos post mortem.
Para entender el raro fenómeno de un científico español experto en dos de los pensadores más difíciles de la filosofía alemana, algunos creyeron encontrar la razón en la familiaridad del autor con la mística española. Sin embargo, esa explicación no convencía a todos. La siguiente anécdota cala más hondo. La conocida escritora Luise Rinser, esposa de Carl Orff y confidente del filósofo-teólogo Karl Rahner, quedó estupefacta cuando conoció la interpretación tiefenfenomenológica de dichos filósofos y quiso indagar ella misma el asunto. Para ello, a pesar de su avanzada edad de más de ochenta años, viajó a Ronda ciudad natal del Prof. Sánchez de Murillo. Cuando vio el Tajo exclamó: Aquí nació la Tiefenfenomenología. Era más que una metáfora. La Tiefenfenomenología surgió de la vivencia del Tajo de Ronda donde él nació y vivió su niñez. La vivencia maduró y se modeló académicamente por medio del estudio de Jakob Böhme, Franz von Baader, Schelling, Novalis, Hölderlin y otros. Alcanzando un punto cumbre en su descubrimiento filosófico de la cultura maya
Efectivamente, partiendo de su niñez al borde del tajo de Ronda y de su vivencia de la serranía explicada por su padre, maestro rural en aquellos parajes, se pueden entender las conexiones culturales que han determinado su vida.
Parece oportuno intercalar aquí por la relación implícita con nuestro tema, la siguiente anotación referente al tema “fundamento” en el escrito de Schelling sobre la libertad y el origen del mal que a veces semalinterpreta. El pensamiento expuesto en ese escrito no es de Schelling Este lo recibió de su amigo Franz von Baader. Y Baader (el “Boehmius redivivus”·) lo había encontrado en Jakob Böhme. Esta es la verdadera fuente del pensamiento. La distinción de Schelling entre existencia y fundamento de la existencia en Dios procede de un planteamiento académico que deja de lado el tiefenfenómeno original al que apunta el místico de Görlitz con la palabra Ungrund (no Urgrund -origen). Un-Grund niega lo que afirma, situando la reflexión en una dimensión más profunda que la síntesis hegeliana.
En la expresión Tiefenphänomenologie, Tiefe es Un-Grund. Ausencia de fundamento. Sánchez de Murillo lo ha traducido al castellano por “Sinfondo”, mientras que Schelling y más tarde Heidegger buscaban un fundamento.
Aunque pueda sonar arrogante, hay que decir que con la tiefenfenomenología, la filosofía y la ciencia arriban al punto desde el cual es posible un comienzo absoluto.
Ungrund es la esencia de todas las esencias. “Das Wesen aller Wesen” (Böhme)
Los pensadores del romanticismo alemán admiraron, pero no pudieron captar el alcance de la re-volución teutónica. Si hoy ello es posible, se debe a que nos encontramos en la época después de la conversión fenomenológica. La fenomenología permite trabajar el Ungrund (Sinfondo) científicamente. De lo cual se deduce:
Un-Grund + trabajo científico = Tiefenfenomenología.
Después de haber aclarado el significado de Tiefe (=Ungrund) queda por responder la otra pregunta:
¿Cómo llegó Sánchez de Murillo a la fenomenología?
Descubrió la fenomenología de Heidegger por medio de Karl Rahner, sobre el que escribió su primera tesis doctoral. Siguiendo las huellas de Rahner, Sánchez de Murillo fue a Alemania en marzo de1970, después de haber enseñado en el Teresianum de Roma el semestre de invierno, de octubre 1969 a febrero 1970. En Alemania estudió directamente a Husserl. Los detalles de este estudio se encuentran en el diario publicado en el libro que comentamos. Al Prof Sánchez de Murillo le fascinó la insistencia de Husserl en el trabajo concreto y su idea del trabajo en equipo. Precisamente esos dos aspectos le hicieron comprender también el punto débil de la fenomenología husserliana. Ahondando comprendió que no se trataba solo de una “crisis de las ciencias europeas”, como había escrito Husserl, sino de un fenómeno más profundo, una crisis de identidad de la especie humana.
En contraposición con las Filosofías anteriores, fruto de un solo ingenio, Husserl concibió la Fenomenología como una filosofía de trabajo en equipo. Pretendía la armonía entre individuo y grupo. Para florecer, la institución tiene que promover a los individuos. Husserl conocía la teoría. En la práctica fallaba. El grupo fenomenológico formado en Friburgo fracasó. Edith Stein se fue porque no podía trabajar con el maestro. Ella también era difícil y tuvo su fracaso personal con Roman Ingarden. Estos detalles son conocidos. A Sánchez le interesó el planteamiento de fondo: La contradicción entre la actitud teórica de querer mejorar el mundo, pero ignorando que ese trabajo tiene que comenzar por uno mismo. Faltaba en el círculo fenomenológico de Husserl ese aspecto de conversión personal, preámbulo para entrar en el ámbito de la filosofía como vocación de búsqueda de la verdad.
Desde ese punto de vista su tiempo de aprendizaje fenomenológico en Alemania fue para Sánchez de Murillo más bien frustrante. Mejorar el mundo era un tema constante en clases y seminarios, pero nadie se daba por aludido. Quizá sea aquí donde han fallado hasta ahora los grandes movimientos en la historia de la humanidad. El cristianismo comenzó a distanciarse de sí mismo cuando, con Constantino, se confundió con la política. La fenomenología de Husserl se perdió cuando se convirtió en teoría. Esto vale también para Heidegger, teórico genial virtuoso de la lengua, pero atormentado por el demonio que él llamaba vespertino, del que huía refugiándose en la abadía benedictina de Beuron. Se conocen estos detalles por comunicación de benedictinos que los vivieron; puede verse un artículo sobre ello en la revista Edith Stein Jahrbuch, fundada por Sánchez eb Munich. Heidegger llegó a someter sus problemas a examen psiquiátrico, pero no las trabajó nunca filosóficamente; como tampoco lo hizo con el aspecto pangermanista de su pensamiento.
Diferencia entre la fenomenología alemana y la francesa:
Sánchez de Murillo había estudiado unos años en Francia por eso se centró especialmente en Sartre, sobre el cual escribió su segunda tesis doctoral. Sánchez consideraba a Sartre un pensador sincero, apóstol de la libertad, pero desquiciado. Como ideal de su vida Sartre se había propuesto vivir el ateísmo "hasta el final", como expone en su autobiografía "Las palabras". La consecuencia fue destrozarse a sí mismo. Simone de Beauvoir lo testificó describiendo la trágica autodestrucción de su compañero.
Ampliando sus observaciones más allá del ámbito filosófico académico, Sánchez de Murillo observó cómo el hombre es capaz de desarrollar los conocimientos físicos necesarios para llegar a la luna - pero no logra encontrarse a sí mismo; descubre lo que sucedió hace millones de años sobre la tierra y explora las galaxias, pero desconoce, lo que hay dentro de sí, le causa pavor mirar hacia su propio hondón:
Él Prof. Sánchez había creído en sus años jóvenes que la filosofía era independiente de la vida del filósofo. Y así leía con fruición los escritos de Heidegger mientras detestaba su alianza con la ideología nazi. Luego comprendió que hay un hilo secreto, a veces imperceptible, que une la vida y la obra del autor. De la vida concreta de filósofos y científicos emana una energía que influye en la sociedad quizá incluso con más fuerza que los escritos y las palabras. Ambos (escritos y palabras) son importantes, pero la substancia humana no mejora con reflexiones, aunque estas también tienen su función. La genética moderna muestra cuán honda es la dependencia histórico-biológica. El hombre nace con una carga bio-espiritual de la que no podrá deshacerse nunca totalmente. Repite en su vida casi todo lo que han hecho sus antepasados. Hace tan sólo tres decenios todavía se rebelaban las ciencias humanas contra ello. Hoy, ante la evidencia, se han vuelto humildes y aceptan el difícil destino del ser humano. Pero precisemos: El hombre no puede deshacerse totalmente de su carga genética, repite casi todo el muestrario de actitudes de sus antepasados. Las palabras “totalmente”, y “casi” son decisivas para la posición tiefenfenomenológica. Queda un margen de “libertad” (entre comillas naturalmente) que nos permite creer en la posibilidad de ir mejorando poco a poco la substancia humana. La vida del hombre es muy corta para lograr grandes cambios. Pero lo que se consigue cuando se trabaja por cambiar, se trasmite. Y así, con un horizonte de generaciones y siglos, tiene sentido lo que los individuos hacen con sus vidas y lo que las instituciones hacen en su tiempo. Vivimos una doble existencia: la individual y la de la especie. Ambas se condicionan. Por eso es tarea fundamental del existir individual mejorar la base humana, aunque sea un mínimo. Porque de muchas partes pequeñas está hecho el todo.
Mientras estudiaba las obras fundamentales de la fenomenología, y formando ya parte del personal universitario, Sánchez de Murillo pudo observar cómo la derrota militar había minado la autoestima del pueblo alemán. Se evitaba plantear la pregunta sobre la relación entre filosofía alemana y nacionalsocialismo. El Prof. Sánchez lo percibió relativamente pronto. Y sacó las consecuencias que expuso literariamente en una novela con el título “Las enfermedades del profesor Walther” publicada en alemán en la editorial Dr., Pfeil de Munich; Viedma Ediciones tiene proyectado reeditarla. Mientras sus colegas escribían tesis doctorales y de habilitación sobre científicos extranjeros como leonardo da Vinci o sobre la postmodernidad, Sánchez de Murillo se distanció de la línea oficial (Kant, Hegel, Schopenhauer, Wagner, Nietzsche), dejó de lado la postmodernidad que él consideraba el principio de la tiranía de la superficialidad (como así ha ocurrido) y decidió retornar al, según Hegel, primer filósofo alemán Jakob Böhme y su mejor intérprete el médico e ingeniero bávaro Franz von Baader.
El fracaso de la filosofía alemana en Auschwitz era para Sánchez de Murillo un momento clave de para entender la decadencia de la civilización occidental. Por eso, como se ha dicho arriba fue a Guatemala y México a investigar la cultura maya. Sospechaba que en el tercer mundo podría encontrar semilla de una civilización más fructífera. Lo considera un deber como español. España descubrió el Nuevo Mundo geográficamente. Queda aún pendiente el descubrimiento del legado intelectual y espiritual de las civilizaciones precolombinas.
Continuaremos esta exposición con los siguientes puntos:
a) filosofía mística como fundamento de la filosofía del futuro (El sinfondo de Jakob Böhme; desprendimiento y ascensión de Juan de la Cruz)
b) la profundidad (die Tiefe) de la comprensión maya del ser.
Comments